En la industria del vino, se generan una gran cantidad de residuos, los que hasta recientemente no se sabía muy bien que hacer. Actualmente existen distintos métodos para generar el aprovechamiento de estos subproductos, lo que da la posibilidad de convertir lo que hasta el momento era un problema, en algo que genere una nueva fuente de ingresos económicos.
Los residuos del vino son ricos en compuestos biodegradables porque la mayoría son restos vegetales que derivan de la uva. De la fermentación de los sarmientos y en el bagazo (residuo que se obtiene tras presionar la uva para sacarle el jugo) se obtienen, en función del microorganismo empleado, diferentes compuestos como ácido láctico, bioemulsionantes (usados como aditivos alimentarios) y biosurfactantes (tensoactivos para fabricar detergentes).
Además, el bagazo y las semillas de uva son ricos en compuestos fenólicos con importantes propiedades antioxidantes. La vinaza, que es el vino que se saca de los últimos posos, contiene ácido tartárico, un acidificante y conservante natural que se puede extraer para su aprovechamiento.
En definitiva, se trata de emplear los nuevos métodos que ofrece la tecnología para eliminar el problema de los vertidos de residuos incontrolados de industria vinícola y, además, revalorizarlos y convertirlos en una nueva fuente de ingresos.
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