Un equipo internacional de astrónomos descubrió un cuarto planeta fuera del sistema solar que reúne las características necesarias para que sea sustentable la vida. La estrella fue bautizada como GJ 667C y el planeta como GJ 667Cc, localizándose a 22 años luz de la Tierra en la constelación del Escorpión.
GJ 667C forma parte de un sistema triple de estrellas y tiene una menor abundancia de elementos más pesados que el helio como lo son el hierro, el carbono y el silicio. Según los astrónomos, esto aumenta la variedad de ambientes en donde se podrían hallar planetas potencialmente habitables.
En el equipo de astrónomos participó un grupo importante de chilenos, entre ellos Pamela Arriagada y Dante Minniti de la Universidad Católica, y James Jenkins de la Universidad de Chile. Colaboraron con ellos Jeffrey Crane, Stephen Shectman e Ian Thompson de Carnegie, Nader Haghighpour de la Universidad de Hawaii-Monoa, Brad Carter de la Universidad de Southern Qeensland, C.G. Tinney, Robert Wittenmyer y Jeremy Bailey de la Universidad de New South Wales, Simon J. O’Toole del Observatorio Astronómico Australiano y Hugh Jones de la Universidad de Hertfordshire. Dirigieron el proyecto Guillem Anglada-Escudé, Paul Butler, Steven Vogt y Eugenio Rivera.
Los astrónomos también descubrieron que esa estrella es menos caliente y mide la tercera parte de nuestro Sol, aunque puede ser visto por los telescopios con relativa facilidad. El planeta GJ 667Cc se encuentra dentro de la zona habitable, es decir, que está lo suficientemente cerca para tener temperaturas semejantes a la Tierra.
Lo destacable es que GJ 667Cc es 4,5 veces mayor a la masa terrestre y orbita a su estrella cada 28 días, por lo que se presume que también podría tener agua. Además, recibe el 90% de la luz que recibimos en la Tierra; debido a que esta luz entrante en infrarrojo, un mayor porcentaje debe ser absorbido por ese planeta.
Guillem Anglada-Escudé, uno de los directores del proyecto, dijo al respecto: “Este planeta es el mejor candidato nuevo para contener agua líquida y, quizás, la vida tal como la conocemos”.
Anteriormente, unos astrónomos franceses encontraron en mayo del año pasado al primer planeta potencialmente sustentable para la vida llamado Gliese 581d. En agosto, científicos suizos encontraron el mismo patrón en HD 85512b y para finales de año, la NASA descubrió al tercer planeta llamado Kepler 22b y que se ubica a 600 años luz.
“Con el advenimiento de una nueva generación de instrumentos, los investigadores serán capaces de estudiar muchas estrellas enanas M de planetas similares y, finalmente, buscar firmas espectroscópicas de la vida en uno de esos mundos”, finalizó Anglada-Escudé.
El equipo de científicos contó con la ayuda del Observatorio Europeo del Sur, el Observatorio Keck de Hawaii, el espectrógrafo del observatorio de alta resolución Echelle y el espectrógrafo del buscador de planetas del Carnegie a bordo del Telescopio Magallanes II, en Chile. Será publicado en la revista Astrophysical Journal Letters
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