Esto es lo que llevó a un equipo de investigación de la Universidad Jilin, en China, a escanear la superficie de un escorpión, el animal más poderoso del desierto sin duda y a pesar de su tamaño. En este escaneo comprobaron que este pequeñito cuento con microtexturas provistas de bultos y huecos que canalizan el aire con partículas de arena, logrando que el efecto abrasivo sea mucho menor que el de cualquier otra superficie.
Una vez escaneada esta bioestructura, realizaron pruebas que los llevaron a concluir que incluso, si los huecos poseían un ángulo de 30 grados respecto a la dirección del aire, la resistencia a la abrasión mejoraba mucho más.
La ventaja de este desarrollo es que, el fluir de la arena también podría ayudar a evitar los problemas o roturas por acumulación de la misma, evitando que queden retenidas sobre las superficies que quiera atacar.
La inspiración para desarrollar este exoesqueleto llegó con el Androctonus Australis, más conocido como Escorpión de Cola Gorda, el cual cuenta con un veneno mortal, tiene su hábitat en los desiertos del norte de África y Oriente Medio y con apenas 10 centímetros de largo ostenta el galardón de ser el escorpión más peligroso del mundo.
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